#loCheto 1

ENFERMERÍA DE GUARDIA EN NAVIDAD


Esto es de una charla de lo que me contó mi amiga enfermera.
La cheta llegó con una cortada en el hombro, fiera, la tenía que coser.
Era la madrugada del 25 del 2003. La amiga, otra cheta igual que ella pero gorda, la acompañaba, me decía que solo ella estaba sobria como para manejarle el auto y traela para acá.
Eran una banda de amigas en una fiesta de esas de las fincas. La minita estaba pasada de alcohol y me la juego que se había metido pastillas, por la mirada te das cuenta.
El novio la había metido un puntazo con un pedazo de esa botellita de champagne chiquita.
En su media lengua me decía que había sido una boluda porque se puso a bailar con el ex que andaba ahí también, y después que bailó refregándose con otras dos minas más al son del tema ese de Moulin Rouge.
La gorda completaba datos: que Lautaro se puso como loco del todo cuando la vio hacer de prosti lésbica.
Lautaro, el novio, tiró la botellita contra una columna, la guardia no hizo nada, su papá es gerente de la empresa de seguridad. Agarró un pedazo y la encaró a la flaca, María Luisa.
La gorda siguió: Vos no te diste cuenta que venía, primero te zamarreó y lo miraste pero no te diste cuenta qu era él ¿o sí? y te le cagaste de risa en la cara. Cuando lo empujaste él te metió el puntazo y te hizo mierda el hombro.
Cuando brotó la sangre ella muy divertida agarró y marcó las manos en un sofá blanco. La gorda la subió al auto (el Audi de la flaca) y la trajo.
¿Te dije que tenía que coserla? Bueno le metí antestésico local y comencé. Le sonó el celular, era Lautaro. Pelearon, quisiste matarme etcétera, luego parece que él le dijo que la amaba y ella le contestó que también. Cuando cortó revoleó el teléfono y se largó a llorar, en un espasmo le tiré del hilo y me miró con furia.
¡Eh negra de mierda aprendé a coser! me dijo.
Disculpe señora le dije, porque como una pelotuda me salió en automático la manera de responder que tenía de cuando trabajaba de empleada doméstica en la casa de una señora. Disculpe señora, disculpe señora, disculpe señora, siempre así aunque la culpa hubiera sido de cualquiera de sus hijos de puta pelotudos grandes que todavía vivían con ella.
Terminé mi trabajo, pagaron y me dieron una propina de 20 pesos. Pero mi odio crecía por segundos, estaba hirviendo, roja de ardor, se me quemaban la cara, las tripas. Tanto que me pelé el orto para salir de sirvienta para que esta remil puta cheta chupaculo de mierda me venga a tratar así, si le hubiera metido un aguja con sida.